San Martín Hidalgo

San Martin Hidalgo

CUESTION DE UNOS DIAS nada más. El once es la gran fiesta. Pero ya desde ahora en el novenario, en las vísperas, San Martín Hidalgo se apresta a honrar a su santo patrón.

Los ausentes vendrán a la fiesta; su presencia será también un motivo de alborozo y ocasión de renovar los lazos del afecto al terruño solariego.

Anchas y limpias, con sus empedrados bien puestos, las calles del pueblo oyen resonar saludos, risas y felicitaciones.

El espacioso jardín municipal, con mil rosales en flor, con sus cedros, la filigrana de su kiosko y los portales que lo circundan, sirve de escenario en grandes reuniones.

Y la torre de la parroquia, escondida entre palmeras y asistida por un cortejo de macetones, indica el punto donde se celebra la función religiosa en honor y amor, súplica y gratitud a San Martín de Tours.

Apenas alcanzará a asomarse entre el boscaje de sus árboles la torrecita de La Inmaculada y dirá que este pueblo remansa lejanías históricas y una cercanía afectuosa, espíritu de servicio y de progreso que le ha permitido alcanzar alto sitial en la comarca.

Allá se tiende un horizonte de milpas doradas por el frío temprano y por los aires de otoño; y escancia un aliento de mieles en plenitud vegetal, aquí donde la agricultura alcanza altos rendimientos.

Acerca del pasado de San Martín Hidalgo, no hay otra voz con mayor autoridad que la del Ing. Bernardo Carlos quien, como hijo agregado de este pueblo, anduvo hurgando, desempolvando papeles viejos, para establecer fechas, nombres y hechos que puedan decirse de este pueblo.

No podía desentenderse del nombre que le vino a este lugar como expresión de una singularidad en la región; el nombre de San Martín de la Cal. Dice el historiador que en efecto, la cal de este lugar fue fuente de ingreso económico que no por cierto favoreció al vecindario en lo general.

San Martin Hidalgo-1

San Martin Hidalgo-2

Quiere decirnos que unos señores dones manejaron la explotación de ese recurso natural y la población soportó jornadas y tratos duros a cambio de un salario no tan generoso.

El P. Severo Díaz cuyos restos mortales vienen camino a la Rotonda de los Hombres Ilustres de Jalisco, decía que la cal de San Martín, obtenida en sedimentaciones seculares de cierta roca, tenía características como de un cemento natural.

En tiempo de la Provincia de Avalos, los treinta y seis pueblos de su comprensión se abastecían de la cal de este lugar y sin duda las construcciones de Guadalajara de fines del otro y principios de este siglo se hicieron con el material extraído de este lugar…

Así hasta que don Maximiano Valdovinos, gobernador sustituto de Jalisco decretó el 12 de septiembre de 1883 … «Se concede a San Martín de la Cal, el título de Villa denominándose en lo sucesivo San Martín Hidalgo».

En otra visión de la economía, con otros recursos, en otras miras de progreso y desarrollo, pero con una misma llama de fe, un corazón henchido de amor, un espíritu religioso trabado en la vida, ahora hay fiesta, chispeante holgorio en los sanmartinenses de Hidalgo.

 

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