Talpa

Talpa

ALLÁ VIENEN BAJANDO los romeros. Hace unos días pasaron por aquí: aquella cuesta, el barrancón hondo, la cumbre que parecía inaccesible. Subieron. Subieron en jornadas fatigosas, a veces por cañadas envueltas en la bruma polvorienta de la tarde, a veces en bosques cerrados que dejaban traslucir apenas los vislumbres de la madrugada.

Y luego las noches junto a una hoguera, al resguardo de un pajar, en aquel portalito que los lugareños ofrecieron a los peregrinos. Ya regresan los devotos que fueron este año, como el anterior, como el antepasado; algunos cuentan en diez, en veinte, en más, los años que llevan haciendo el recorrido a pie, desde Ameca, hasta Talpa, en la fiesta del 19 de marzo, según la tradición de los amantes de Nuestra Señora de Talpa.

Al volver a sus hogares, traen luz en el alma, una melodía en el recuerdo, una emoción honda en el corazón.

Vuelven. Y vuelven repitiéndose aquella última inscripción que leyeron en la Cruz de Romero, cuando se despidieron de Talpa, cuando dieron desde la cumbre una última mirada al santuario de sus amores:

Peregrino caminante: dejas ya la tierra de María Santísima de Talpa. Vuelve tu vista desde este lugar y con lágrimas en los ojos, despídete de Ella… Luego sigue tu camino. Ella te acompañará hasta tu casa y si no la olvidas te acompañará hasta el cielo.

La Virgen de Talpa una de las «tres hermanas» que el pueblo de Jalisco tiene en especial veneración, registra como la de Zapopan o la de San Juan de los Lagos, una procedencia que data de los tiempos de la evangelización.

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Se habla también en este caso de una imagen de origen michoacano, elaborada con pasta de caña de maíz y por su misma condición y pocos cuidados en la capilla que hubo ahí a Santiago de Talpa, apolillada y en tal mal aspecto que fue retirada del culto.

Luego el hecho de su renovación, cuando la Tenanchi María, hija del cantor Francisco, se sorprendió y cayó desmayada al ver la imagencita, envuelta en vivos resplandores y a partir de ahí, renovada en madera preciosa.

Toda una candorosa historia acerca del origen de esta imagen, consta en una información autentificada y publicada con aprobación del Arzobispo de Guadalajara, D. Pedro Espinosa y Dávalos en 1854.

La fecha de su renovación: un 19 de septiembre. Por ello en este día se celebraron por mucho tiempo las fiestas de Talpa. Pero luego, ante el deseo de miles de devotos de asistir a las solemnidades y dado que la distancia, lo accidentado del suelo, la corriente brava de los ríos, impedían llegar a Talpa en tiempo de lluvias, se le trasladó al 19 de marzo para conmemorar la fecha en que fue dedicada la actual iglesia parroquial.

Cuánto dice esta fecha para los devotos de la taumaturga imagen. Con cuánta impaciencia es esperada cada año la fiesta del 19 de marzo en Talpa. Cuántos los preparativos para la romería … Jornadas difíciles, pero alentadas por la fuerza de la fe, llenas del gozo del amor mariano, encendidas de la tradición devota que se expresa en cantos y oraciones.

Hace ocho días o más empezaron a caminar. Ahora vienen bajando los romeros.

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