Yahualica

EN POCOS DÍAS amanecerán las calles con las composturas de la fiesta de Señor San Miguel. Ya se preparan los adornos para su templo, acaso con olorosos festones de pino, o con cortinajes de terciopelo, o con rosetones vaporosos de cera escamada.

Va haber música de aliento; también habrá cohetes y castillo y tal vez venga la pastorela de Huisquilco. En suma, empieza a agitarse la sangre devota de Yahualica para la fiesta del Príncipe de las milicias del cielo.

Hay que ir a Yahualica donde se acendran valores, donde se guardan testimonios, donde late el espíritu de la provincia en su más pura y resplandeciente expresión.

Uno lleva todavía en el alma el espectacular paisaje de aquel revuelto huracán de cerros y montañas por donde penetró la carretera y salió airosa a un terreno reseco, casi árido, cuando de pronto, en un hoyanco, aparece Yahualica, con el fulgor rosado de sus canteras

Escribió Agustín Yáñez: » Oculta en un pozo, Yahualica tiene precarios horizontes. En ello fundaremos la interpretación de su carácter… este aire melancólico, estas gentes ensimismadas, los trajes y muros vetustos, el hermetismo de las casas, estos caminos y arroyos pedregosos, esta dureza de los tepetates obstinados, la tierra yerma, la tierra parda, sin grandes frondas, en donde los mezquites acentúan la nota de desolación, ciertamente solemne».

Quien conoció al Yahualica de «pueblo de mujeres enlutadas….. » y visita al Yahualica de ahora, conviene en que la acción renovadora de sus gentes vino a dar realce al carácter de este pueblo, ennobleciéndolo, embelleciéndolo, tornándolo cómodo, sin restarle virtudes; más aún, podando hibrideces que al azar, en el transcurso del tiempo los vecinos emprendedores habían cometido al construir este o aquel adefesio sin idea de gusto ni estilo.

La Yahualica de ahora tiene edificios de gran belleza, con labraduras en cantera finamente acabadas, con diseños de una arquitectura que sin renunciar a los aires provincianos del lugar, manifiestan el tacto y tino de quienes lo realizaron.

Ahí está la presidencia municipal, el mercado, las escuelas, la plaza con su kiosco y sus bancas de cantera de elegante diseño, los esbeltos arbortantes, también de cantera, que sostienen lámparas de hierro forjado; y los nuevos portales que llevan su arquería de piedra rosa a los lados de la plaza.

De todos los edificios del lugar, merece mención aparte su majestuoso y hermoso templo parroquial del cual hace referencia el Lic. Yáñez al decir que» el crónico anhelo de contar con templo parroquial en consonancia con el sentimiento popular cuajó en el silencioso tesón de Don Ignacio Íñiguez, oriundo de Yahualica y su párroco desde 1929, después de haberlo sido de Mezquital del Oro y de San Juan Bautista del Teúl».

Magnífica e imponente es esta iglesia, en proyecto y dirección del Ing. Luis Ugarte, con tres naves, cruceros, cúpula y dos torres de estilo herreriano….

Pero la fiesta de San Miguel ocupa ahora la atención y rebumbio de Yahualica y los pueblos de la comarca. Habrá que ir y disfrutar de los festejos en la devoción sencilla y pura que le rezuma todavía a este pueblo.